El malagueño Pablo Picasso estuvo marcado por su amor al mar Mediterráneo ya desde niño. Llegó por primera vez a la Provenza francesa y a la Costa Azul ya antes de estallar la I Guerra Mundial, pero hasta 1948 no se estableció allí por completo. Vivió y trabajó en diversos lugares, de los que mostraremos seis a lo largo de esta serie.